¿Cómo quieres cuidar? ¿Cómo te cuidas para cuidar? Este artículo versará sobre el Coaching al cuidador informal y sus beneficios.

Cuando una persona mayor necesita cuidados especiales, el familiar que asume el rol de cuidador informal, adquiere un papel fundamental en la calidad de vida de esa persona.

Pasar por un proceso de Coaching en el que el tema reto es cómo cuidar a mi ser querido de la mejor forma posible, sintiéndome bien yo, requiere de valentía para explorar dentro de uno mismo  acerca de las propias emociones por un lado  y por otro acerca de las que se tiene hacia esa persona  receptora de  atención.

Como resultado de este trabajo, el cuidador, obtiene beneficios claros en la calidad de los cuidados, en la relación con su ser querido y en la salud emocional de ambos.

A través del proceso de Coaching el cuidador visualiza desde la consciencia qué camino quiere llevar y cómo recorrerlo y es, además, una vía y herramienta para prevenir el cansancio psicológico y situaciones ya más críticas, como es el “síndrome del quemado”.

Este síndrome es uno de los peligros del cuidador informal. Se produce por un profundo y constante desgaste físico y fatiga emocional que lleva a una situación de stress crónico. Se manifiesta con una sintomatología como es el rechazo a la persona a cuidar, angustia, tristeza, irritabilidad, abandono de sí mismo, entre otros, y requiere de tratamiento psicoterapéutico. Parece lejos llegar a los estados más acusados de este síndrome pero, normalmente se produce sin que la persona sea consciente de cómo ha llegado a esa situación.

Para que no se produzca este síndrome, el Coaching protege al cuidador informal, abordando durante el proceso los problemas que pueden derivarse de ese cuidado que realiza a su ser querido, como por ejemplo problemas con la pareja, con los hijos o la desaparición de la red social…. El entorno recibirá también con claridad la fórmula de cuidado para ese familiar, haciéndose así, partícipe del mismo.

Al final, y al principio, todo es un círculo que empieza y termina con el cuidado a uno mismo para tener bienestar, y desde éste, cuidar bien. Para cuidar bien, he de cuidarme bien, definiendo bien salud desde criterios médicos y psicológicos.

El Coaching aporta al cuidador informal una herramienta en la que apoyarse para sentirse en plenitud, humanamente satisfecho (liviano) en el papel que decide llevar a cabo.

Ser acompañados en el camino del cuidado y en el descubrimiento del cómo queremos hacerlo, proporciona un colchón en el que apoyarnos para gestionar con calidad dicho cuidado. El Coaching consiste, como hemos explicado en artículos anteriores, en acompañar en la consecución de retos para que surjan resultados extraordinarios. ¿Qué pasaría o qué cambiaría en el cuidado que le das a tu familiar si sabes cuidarte adecuadamente y asumes el reto de hacerlo bien para los dos?